(Noche de amor, 1981)
- Por ver la Blanca Paloma un corazón rociero,
le gusta vivir con Ella, a solas con sus recuerdos.
La ve entre los acebuches, y le reza en silencio,
cuando se queda tan sola en la penumbra del Templo.
- No hay tamboriles ni gaitas ni ruidos en el pueblo,
sólo su cara morena y el resplandor de su cuerpo.
Sólo sus rayos en puntas como las flores de un huerto,
rozándole los costados, oliendo a cera y a incienso.
- Que bonita está de cerca entre las verjas de hierro,
con la sonrisa en la boca que es como un clavel moreno.
Que te florece en los labios y se le queda entreabierto,
sintiendo tu corazón golpeándote en el pecho.
- Así le gusta la Virgen a los buenos rocieros,
pastora de sus marismas entre bayunco y romero.
Donde pastan los caballos y corretean los ciervos,
en el fervor silencioso de la soledad del templo.
- ESTRIBILLO -
La Virgen te está mirando,
te ve llorando y riendo, ¡Ay! riendo,
llorando si tú estás triste,
alegre si estás contento.