(Un solo quejio, 1998)
- Doblaban las campanas del olvido en mi eterna soledad,
y el viento golpeaba con su brío en mi cárcel de cristal.
- Los gritos de los niños se han callao y “sentao” en el salón,
mirando tu retrato me pregunto que pasó con nuestro amor.
- El tronco se quemaba lentamente y de nuevo me quedé,
soñando que te amaba locamente como la primera vez.
- La luna está dormida en mi ventana y en mi cielo no hay verdad,
la angustia se revuelve por mis venas y la vida se me va.
- ESTRIBILLO -
Campanas de bronce que doblan por nuestro amor,
¡Ay, ay nuestro amor!
que tu dejaste morir y sin él me muero yo.